A su llegada a Madrid, y luego de una larga travesía,
los conejos se encontraron con otros muñecos en la
habitación de Teo y Tomás, por lo que decidieron hacerse
del sitio a trompicones.
Afortunadamente, la cosa no pasó a mayores.
Mutuas disculpas y todos se hicieron grandes amigos
tras un gran partido de fútbol de incierto resultado.
1 comentario:
ganen terreno!
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